rottenII

las sábanas y acolchados están todos agujereados por cigarros, puchos que rodaron en un momento de descuido,una de dos: quiero quemar momentos  o elijo  comportarme como una completa holgazana en la mayoría de las ocasiones.Quiero ver una flor en mi cajón y solo encuentro aspirinas y canutos, cartas que no llegaron  y pinzas… Qué mal nena, qué mal. Cualquiera tendría mil cosas que decir sobre tu miseria. Anoche arranqué el calendario y puse el reloj de cara contra tu foto,mi amor hace cuánto no te siento, me hiciste pelota… me mandaste un texto en el medio de la noche que dirigido con tu intención más cruda no me está dejando apoyar el vaso en la mesa con calma. Estaré de seguro las próximas horas deliberando por qué todo es tan difícil con vos y conmigo, o por qué tengo la extraña sensación de que esto ya lo viví y te aseguro que no querrías repetirlo ni saber cómo se siente atravesar un vidrio doble en cámara lenta o caminar en el desierto con una tormenta de arena chocandote a matar; de ahí sólo queda por derivar que la cobardía es moneda corriente en estos tiempos y que sería mejor no envenenarnos y borrar cada palabra y gesto de amor que me ocultaste y seguís ocultando por el bien de los dos; o mejor dicho por la salud de ambos, lo cual no quiere decir que te haya perdido, significa que de ahora en más tengo que acostarme todas las noches masticando la idea de que si no hubiera dejado de mentirte todos hubieramos tenido la cobardía a flor de piel y por supuesto no me hubiera jugado por vos ni por ninguna pija  Pero claro, yo nunca pude tenerte y las palabras y gestos y todo el amor en el cuarto  fueron un invento mío, y entonces no hay más nada por reclamar, ni objeción que presentar ante cada uno de tus actos que lentamente van demostrando que el amor no salva nada y que la mayoría de las veces fingir que todo está bien es más rendidor que hacerte la cabeza con la pregunta de qué va a pasar en el futuro  y no por  especular si no para no sentir que de pronto todo se cae y que todo este tiempo en realidad no sirvió para nada más que parar liberar nuestras pasiones con alguien de confianza, lo que pasa es que esa contención de pronto se te fue de las manos y yo me la tragué y me tragué todo lo que pude solo porque me hacía un poco más feliz  que pensar en perderte; pero ya lo ves, otra vez me decís que nada de esto fue mi culpa y que no te podés hacer cargo de los agujeros de mis manos por qué si me bastardié o me corrompí por vos eso sí es un problema mío. Nunca me lo pediste y nunca me lo vas a pedir.