sigo siendo yo, tu rubia en cuotas.
pero son tus manos elásticamente atadas las ahora que me sorprenden en la espalda de un sueño.
tus ojitos cegados por el hierro
y la cálida enorme sonrisa burlona con la que te disipaste un poco cada día.
Yo no soñaría tanto.
No hay señal que indique cuando.
Cuando o por qué te desenlazas de éste.
o de aquel.
Todo el amor que tenías de lo tragaste
Solo.
Engullías lento.
Yo no soñaría tanto.
pero igual quemaste las naves y te olvidaste de todo lo que significaba ese sonido rítmico ahí adentro.
decoloraste la piel hasta el hartazgo
así fue.
sigo siendo yo, tu rubia en cuotas.
y vos . . .
no sos.
del último segundo nació un estuario
de plena calma

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